El otro día un padre del club me dijo: “Tienes que ver esta serie. Te va a encantar.” Y no sé si por respeto, por curiosidad o por agotamiento emocional, al día siguiente obedecí. Se llama Fútbol en familia, está en Netflix, y os lo digo ya: no es que me haya gustado… es que me ha encandilado.
La serie está grabada en Holanda, pero podría ser tranquilamente el campo de Les Fonts un sábado cualquiera. Cambiad el idioma, dejad los croissants y poned bocatas de fuet, y ya lo tenéis. Porque lo que muestra Fútbol en familia no es solo el fútbol. Es el ecosistema. La fauna y la flora de un club formativo: padres, madres, niños, entrenadores, ilusiones desmedidas, enfados desproporcionados, abrazos sinceros y alguna que otra mirada asesina desde la grada.
Los protagonistas son un grupo de niños de 13 años. Pero lo realmente fascinante son las familias. Cada una con su mundo, sus reglas y su manera de vivir el fútbol. Está el niño que vive con su madre porque su padre —exfutbolista profesional— aparece lo justo. Está el chaval que va al fútbol porque es el único sitio donde siempre sale contento, aunque toque banquillo. Está la niña que tiene que aguantar comentarios del tipo “las chicas bajan el nivel” (sí, en 2025 seguimos con eso). Y está, por supuesto, el padre que ha decidido que su hijo va a llegar a Primera, aunque para ello tenga que convertir los partidos en castings y los entrenamientos en sesiones de autoayuda.
La serie tiene algo mágico: consigue que veamos el fútbol a través de otros ojos. No solo los de nuestro hijo o hija. Los de los demás. Porque un club de fútbol no es una agencia de talentos. Es un lugar donde los niños socializan, aprenden, se frustran, se ilusionan y, con suerte, se hacen mejores personas. Y eso vale más que cualquier gol en la escuadra.
Fútbol en familia es, sinceramente, de lo mejor que he visto en mucho tiempo sobre fútbol formativo. Tiene humor, tiene verdad y, sobre todo, tiene alma. Como nuestro club.Así que si queréis hacerle un favor a vuestro hijo… y también a vosotros mismos: vedla. Juntos. No os vais a arrepentir. Y, de paso, quizás entendáis un poco mejor por qué este deporte, a veces, es solo una excusa para todo lo demás.
Porque en Les Fonts no solo entrenamos fútbol. Entrenamos miradas. Y esta serie nos ayuda a ver mejor.

