El balance entre victorias y derrotas esta temporada ha sido claro: hemos perdido más de lo que hemos ganado. Y eso, lejos de hundirnos, nos ha convertido en un club amable, en un rival agradable al que da gusto enfrentarse.
Pero queremos dejar algo claro: esa imagen no se ha construido gracias a nuestros resultados, sino a nuestro comportamiento. Porque aquí trabajamos cada semana para ganar el mayor número de partidos posible, sí, pero sobre todo para formar personas y generar un buen ambiente.
La temporada que viene aspiramos a ganar más. Lo deseamos y lo trabajaremos. Pero partiremos del mismo lugar que siempre: la humildad y el aprendizaje que nos han dado las derrotas.
No vamos a cambiar nuestra forma de ser si llegan las victorias. Solo esperamos que, cuando empecemos a ganar, nos sigan tratando igual de bien.

